CAMINO SORIA…

 

Lo cantaba Gabinete Caligari en; Voy camino Soria:

 

A la ribera del Duero existe una ciudad,

A la ribera del Duero, mi amor, te espero

Voy camino Soria, ¿tu hacia donde vas?

Allí me encuentro en la gloria que no sentí jamás

 

Camino a Soria, cercanas al Duero no hay tan sólo una ciudad. Tres más la acompañan Burgos, Segovia y Valladolid. Cuatro confluyen en la cuenca del río Duero. Cuatro dan a esta orografía una vista preciosa, llena de viñedos bañados al sol de Castilla y León. Tierra leonesa, tierra que nutre unas cepas únicas en el país. Tierra abastecida por el estupendo río Duero, que nutre el subsuelo desde San Esteban de Gormaz hasta Quintanilla de Onésimo, pasando por emblemáticos lugares de cultivo como Aranda o Pedrosa de Duero, Peñafiel, Pesquera o Valbuena de Duero. Muchos son los que componen la denominación, muchos son y nos las dejamos en el tintero.

 

La historia habla del paso de los fenicios y más tarde los romanos, como los establecedores de viñas en estos suelos. Aunque son los romanos y más tarde unos monjes de Cluny quienes sobre el 1925 empiezan a regular la calidad de los vinos. Pero el pasado, pasado es y quienes hoy día le dieron el nombre y se pusieron la Denominación de Origen Ribera del Duero a las espaldas fueron tres. Los principales son dos, Jesús Anadón y Pablo Peñalba López, quienes ya en 1979 pidieron el nombre provisional. Es en 1982 cuando se establece y donde entra el tercero, las bodegas Protos, las que se fundaron en 1927 bajo el nombre de Bodegas Ribera del Duero. Cuando se fundó la denominación cedieron el nombre y adquiriendo como bodega el de su vino insigne, Bodegas Protos.

 

Conocidos son de sobra sus vinos, de los que los tintos son el buque insignia haciendo buenos rosados también. En Enterwine hemos decidido homenajear un poco a esta denominación, que junto a Rioja y Priorat pensamos son el trío potente del país. No creemos que os descubramos nada nuevo de ella; si eres novato en esto del vino ya sabrás de la fama de esta denominación. Si eres habitual del vino, suponemos la tendréis en gran aprecio y si os la damos a conocer (lo dudamos) nos dais una alegría. 

Comenzamos con los jóvenes. Finca Resalso 2013 de bodegas Emilio Moro, entrañable vino tinto de Ribera del Duero. Entrañable lo decimos, porque en Enterwine le tenemos mucho cariño. Un joven encantador, pícaro e inconformista, dando año tras año mejores y certeros pasos. Mono varietal de Tinta Fina, pasa una maceración en frío a temperatura controlada con camisas de frío, para evitar las astringencias del vino. Fermentación a temperaturas controladas entre los23ºC y25ºC, pasando por una maloláctica y posterior crianza en barricas por 4 meses. En copa ofrece un bonito rojo picota de capa alta. Ribete violáceo que tiñe el balón a su paso, dejando una lágrima uniforme. Potente y cálida nariz. Una leve aireación media hora antes le irá muy bien. Frutos negros maduros, balsámico, regaliz junto a suaves notas de crianza. Vainilla, coco y toffee. Final con notas ahumadas, tostadas y cierto deje mineral. En boca su paso es seductor, bien conjuntado y estructurado. Generosos en frutos negros, maduros y bien medidos. Buena acidez, expande y trae nuevos aromas. Notas lácteas, corazón balsámico con ese toque a regaliz negra. Largo y agradable, retro frutal muy marcado a notas de crianza. Buenísimo, incansable.

 

El siguiente en la lista es Austum 2013 de la Bodega Tionio, una grata sorpresa. Hasta ahora un desconocido para mi (Oscar) pero viene bajo el brazo y protección de Sònia (otro ente más de Enterwine). Pertenecientes al grupo Parxet, nos enclavamos en La Asperilla, Peñafiel, a unos 850m de altura. De agricultura ecológica, se evitan utilizar sistemas fitosanitarios para evitar plagas y enfermedades, respetando la naturaleza utilizando mismamente abono de origen animal. Vinificación en depósitos de inox y posterior crianza en barricas de roble Allier de grano medio. A la vista ofrece un profundo rojo violáceo, con reflejos liliáceos y un punto morado al borde. Menisco glicérico de bonita lágrima en caída. Nariz muy frutal, frutos rojos y negros explosivos. Notas lácteas y de chuchería, caramelo Kojack. Centro balsámico, mentolados. Fino y elegante. Alegre. Elegante paso por boca, fino. Las frutas se elevan por encima de todo, perduran durante todo el trago y visten a sus amigos de patio. Núcleo balsámico, mentolados y regaliz negra. Acidez equilibrada y buena estructura. Alegra. Fácil de beber. El trago se alarga, perdura y finaliza con amargor que incita a otro trago. Sorprendente y personal.   

 

Pago de los Capellanes Roble 2013, levanta pasiones y recuerdos en Enterwine. Un  Ribera del Duero que muchos conocemos, un vino tinto indispensable en muchas mesas. Posiblemente uno de los jóvenes mas gastronómicos de la denominación, presente en muchos restaurantes y muy querido. Procedente de Tempranillo escogido de entre todas las parcelas de las 35 hectáreas, escogiéndolas por su mayor índice de antocianos. Pre-fermentación en frío, fermentación alcohólica espontánea con bazuqueos y remontados diarios. Maloláctica sin adición de bacterias durante 24 días y posterior crianza en barricas de tostado medio por 5 meses. Rojo picota de capa media en copa, bonito y radiante. Rubí a los bordes con una lagrima uniforme. En nariz las notas de crianza están presentes, cacaos, vainilla y caramelo. Unen sus fuerzas a frutos rojos maduros, golosas. Frambuesas y moras. Muy perfumado, flores azules y un fondo balsámico. Paso suave por boca, pese a su juventud posee un perfecto equilibrio. Fruta roja fresca, joven, ágil. Tanino presente sin llegar a molestar. Tostados y torrefactos se funden con los balsámicos. La acidez está muy equilibrada, arrastrando y alargando el trago. Otro vino con final amargo que incita a más. Imprescindible, de fondo de armario.

 

Parada de Atauta 2011 no es de fondo de armario, es de Dominio de Atauta y es el monstruo dentro del armario. Hablamos de uno de los vinos más personales de Ribera del Duero. Un grande entre los medianos, capaza de hacer sonreír a más de un dios del olimpo. Monovarietal de Tinta Fina procedente de viñedos de entre 80 y 100 años, a casi mil metros de altura. Maceración en frío y fermentación en inox. Leve filtrado y reposo en barricas durante 12 meses, la mitad lo hace en barricas de roble nuevas. A la vista ofrece un rojo guinda de capa media baja, ribete rubí de menisco glicérico. Tiñe al paso y deja una lágrima uniforme y abundante. Buena intensidad de frutos rojos y negros en nariz. Mentolados y trazas de bajo monte, romero y raíz de paloduz. Aparecen las notas de crianza, precisas, contenidas, cremosas. Complejo, ¡gran Ribera! En boca posee una buena entrada, carta de presentación son sus frutos negros en compota. Núcleo de torrefactos, ahumados y notas de tabaco. Especiado. Amplio, sedoso y seductor. Tanino híper pulido, maravilloso. Segundo acto repleto de chocolate, caramelo… casi se puede masticar. Complejo, largo y con un retro licoroso. La acidez está delineada, es larga y hace perdurar el trago mucho en boca. ¡Vinazo!

 

Finca Villacreces 2010 es un habitual en los puntos de Mr.Parker. Su hermano menor repite como mejor RCP española y es que en bodegas Finca Villacreces saben hacer bien las cosas. Casi un monovarietal de Tempranilo, con un 10% de Cabernet y 4% de Merlot. Fermentación y crianza en barricas de roble francés por 14 meses, filtrado con albúmina y reposo de 6 meses en botella antes de salir al mercado. En copa viste un bonito rojo rubí de capa media baja. Ribete rubí que se ateja al borde. Menisco muy glicérico, que deja una lágrima gruesa tiñendo a su paso. A copa parada en nariz imperan las notas de crianza; tras un breve movimiento se entrelazan las notas a frutos negros y rojos. Bailan las notas de crianza a su alrededor y se confirma un corazón balsámico y especiado. Conjunto preciso y grueso. En boca ofrece distinción y finura. Fruta roja bien conjuntada notas lácteas, expresivo. Dóciles balsámicos y suaves especiados. Cremosas notas que atenúan el trago. Perfecta armonía, trago amplio y largo. Tanino bien integrado. Alta costura que viste la Ribera del Duero con un traje de satén.

 

Bosque de Matasnos 2010 Edición Limitada es eso, un vino que raramente se hace y cuando lo hacen, hay que aprovechar. Bodegas Bosque de Matasnos nos ofrece un ensamblaje de Tempranillo y Merlot de cepas viejas a gran altitud. Debido a su bajo rendimiento, se embotellan menos de 2000 botellas. Maceraciones largas con los hollejos y primeras fermentaciones en inox. Posterior maloláctica en barricas de roble francés por 12 meses, filtrado y embotellado para permanecer 30 meses más en ellas. Rojo guinda de capa media, ribete cardenalício y borde rubí, acabando el menisco con abundante glicerina, que deja una lluvia de lágrimas. Marcada nariz ribereña. Frutos rojos y negros. Balsámico y especiado. Excelente ensamblaje de la madera, untuoso y elegante. Gran conjunto. En boca el trago es sedoso, equilibrado y elegante. Trigonometría elevada, varietal, elaboración y terruño, igual a un genial y ambicioso tinto de Ribera del Duero. Frutas golosas combinadas con un corazón especiado. Agradables notas de crianza. Acidez perfecta, trago largo y amplio. El retro nasal nos devuelve la fruta negra. Brutal expresión de Duero, personal  no pierde identidad alguna de la denominación.

 

Esperando degustar más vinos de la Ribera de Duero en próximas catas, creemos que ésta hace honor a sus estupendos vinos y tierra. Como siempre, es un honor descubrir vinos junto a vosotros, aqunque ya sabeis:

 

Probad, catad y decidid. ¡Es vuestra elección!